Se que algo se quedo conmigo, algo que solo mi querida Sofia y yo podíamos entender.
Una de las cosas que aprendí fue que la cercanía a la muerte brindaba un tipo de conocimiento algo peculiar. Mi hipótesis es que de alguna manera identificamos su cercanía aún cuando en su momento parezca algo muy improbable y hasta loco.
Seres queridos que de un momento a otro sienten la necesidad de despedirse, de tratar de arreglar asuntos como queriendo dejar todo en orden. Incluso encargando familiares que sienten serian vulnerables en su ausencia y hasta dando instrucciones de como sobrevivir al shock.
La pregunta que queda en el aire es: ¿Cómo una persona sabe que va a morir?.
Hay algo más que no es visible.
Esa paz que se evidencia en el rostro segundos antes y después aún cuando el proceso por el que hayan llegado al umbral haya sido doloroso y por la razón que fuere, esa asistencia divina llega; estoy segura de eso, quizas un poco antes para que pongamos en orden nuestros asuntos importantes.
Moribundos que en último momento extienden su mano como si quisieran tocar a algo o alguien, como si fueran a atravesar la frontera que los separa y eso ya fuese posible. Personas en cama que charlan con amigos invisibles, ángeles como quieran llamarlo Ustedes .
Moribundos que en último momento extienden su mano como si quisieran tocar a algo o alguien, como si fueran a atravesar la frontera que los separa y eso ya fuese posible. Personas en cama que charlan con amigos invisibles, ángeles como quieran llamarlo Ustedes .
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